Grado de inversión

un nuevo capítulo para los inversores.

 

La obtención del grado de inversión por parte de Moody’s (Baa3) en julio de 2024 marcó un punto de inflexión histórico para Paraguay. Por primera vez, el país fue reconocido como una economía con solidez macroeconómica, bajo riesgo crediticio y estabilidad institucional, atributos que lo colocan en una posición privilegiada dentro de América Latina. Actualmente, Fitch Ratings y S&P Global mantienen a Paraguay en BB+ con perspectiva positiva, a un solo escalón de alcanzar la misma categoría, lo que refuerza la tendencia de confianza sostenida hacia su economía.

Este logro no fue casual. Paraguay ha mantenido durante más de una década una política fiscal responsable, con un déficit público controlado (1,9 % del PIB en 2025 y meta de 1,5 % para 2026), deuda pública moderada (40 % del PIB) y una inflación estable dentro del rango objetivo del Banco Central (3,5 % ± 2 %). A esto se suma una moneda sólida, reservas internacionales cercanas a USD 9.850 millones, y un entorno político que ha favorecido la previsibilidad y el respeto a las reglas de mercado.

El impacto del grado de inversión se traduce en menores costos de financiamiento, mayor flujo de capital extranjero y una mejora significativa en la percepción internacional del país. Inversionistas institucionales y fondos globales que antes no podían operar con títulos paraguayos ahora tienen vía libre para incluirlos en sus carteras.

Más allá del reconocimiento financiero, el grado de inversión consolida a Paraguay como un destino confiable para inversiones productivas, inmobiliarias y de infraestructura. En un contexto regional marcado por la incertidumbre, el país ofrece algo escaso en Latinoamérica: estabilidad, claridad regulatoria y una visión de largo plazo.

Paraguay ya no es una promesa: es una realidad que inspira confianza y atrae inversión sostenible.